Un Día en el Hades
He caído en el mundo de la nada
Donde el hermoso cielo azul es opacado
Por la gran sombra del corcel de sangre gris
Cuyo relincho es igual a una lluvia de espadas luminosas
Tan cortantes y filosas como la más fina navaja.
Donde ni la más pequeña ráfaga de luz puede entrar
Ni el sol puede dar vida
Ni la luna inspiración.
Donde cada suspiro es atormentado por el fantasma de mis pecados
Azotándome con espinas afiliadas capaces de atravesar
Al más puro de los diamantes
Látigos hambrientos y devoradores de carne humana
Sedientos de alma olvidada.
¡Oh! Grito al cielo pido a Dios que se apiade de mí
Mientras tanto penas, alegrías y aflicciones
Veo derramarse por mis mejillas
Y trato de alcanzarlas para sofocar mi sed.
Ahora mis ojos ya no ven
Mis oídos ya no escuchan más
He sido despojado de mis sentidos
Mi vida, mis sueños, mis recuerdos
Ya mi voz ha muerto
Aquí mi cuerpo se encuentra crucificado
En la dolorosa leyenda del que murió por mí
Poco a poco el fuego va quemándome
Yace mi sangre hirviendo en el suelo
Derramada por efectos de cada azote de mi conciencia.
Irvin Pol Augusto Rodríguez Gonzales
4º año de secundaria
I.E. San Marcos
Donde el hermoso cielo azul es opacado
Por la gran sombra del corcel de sangre gris
Cuyo relincho es igual a una lluvia de espadas luminosas
Tan cortantes y filosas como la más fina navaja.
Donde ni la más pequeña ráfaga de luz puede entrar
Ni el sol puede dar vida
Ni la luna inspiración.
Donde cada suspiro es atormentado por el fantasma de mis pecados
Azotándome con espinas afiliadas capaces de atravesar
Al más puro de los diamantes
Látigos hambrientos y devoradores de carne humana
Sedientos de alma olvidada.
¡Oh! Grito al cielo pido a Dios que se apiade de mí
Mientras tanto penas, alegrías y aflicciones
Veo derramarse por mis mejillas
Y trato de alcanzarlas para sofocar mi sed.
Ahora mis ojos ya no ven
Mis oídos ya no escuchan más
He sido despojado de mis sentidos
Mi vida, mis sueños, mis recuerdos
Ya mi voz ha muerto
Aquí mi cuerpo se encuentra crucificado
En la dolorosa leyenda del que murió por mí
Poco a poco el fuego va quemándome
Yace mi sangre hirviendo en el suelo
Derramada por efectos de cada azote de mi conciencia.
Irvin Pol Augusto Rodríguez Gonzales
4º año de secundaria
I.E. San Marcos
1 Comments:
saludos para el m,ejor escritor del san marcos y para toda su gente ps y q no se olvide q el siempre estara en el corazon de todas jejeje para ti con mucho cariño
de:mercedes,helen,sibiley
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